Esta semana Edmund McMillen ha publicado su nuevo videojuego: ‘The Legend of Bum-Bo’, ambientado en el universo de ‘The Binding of Isaac’. Y con motivo de este estreno, merece la pena hablar un poco del trasfondo de este último. Porque sí, es un roguelike, pero, ¿qué hay más allá?
Lo primero: ¿qué es ‘The Binding of Isaac’ (TBOI)? Un videojuego en el que el mapa, los enemigos, los jefes y los objetos de cada nivel se generan aleatoriamente (esa es la definición de roguelike) mientras se intenta llegar al final. Que puede estar tanto en el Cielo como en el Infierno. Esa es la primera referencia a la religión.
Aparentemente no es un juego de terror. Estética cartoon en la que prácticamente todos los enemigos son bolas de carne humanoides o animales. Pero es la historia la que hace de TBOI algo tan perturbador. Tanto la del juego original como la de sus secuelas hasta llegar a la definitiva: ‘The Bindig of Isaac: Afterbirth +’ (que, no nos engañemos, es la que más merece la pena).
Argumento
La introducción del juego (que solo en inglés) lo deja bastante claro: Isaac y su madre vivían solos en una casa en una colina. Su madre, una creyente convencida, escucha la voz de Dios poniendo su fe a prueba y diciendo que su hijo es un pecador. Ella le quita sus juguetes y le encierra en su cuarto, pero no es suficiente. Dios le pide una última prueba: matar a Isaac. Él, viéndola venir, se mete al sótano por una trampilla. Y así comienza todo.
Quien conozca un poco de la Biblia ya habrá encontrado una similitud: a Abraham, patriarca judío, al que también Dios le pidió que sacrificase a su hijo Isaac para demostrar su amor por Él. Y justo antes de acabar con la vida de su hijo, un ángel bajó de los cielos y dijo que había superado la prueba y que su hijo viviría. En TBOI no hay ningún ángel, pero sí una Biblia que cae sobre Mamá dejándola inconsciente. Ese es el primer final.
Una vez se derrota a Mamá (las armas en este juego son las propias lágrimas de Isaac) el juego continúa. Pero ya no adentrándose en el sótano, si no en el vientre y posteriormente en el útero de Mamá. En ese nivel hay que derrotar 10 veces al Corazón de Mamá antes de poder seguir avanzando. Después de eso, el jefe de nivel es ‘It Lives’, que, según los desarrolladores, es la forma que tenía Isaac como feto.
Cuando se derrota a Mamá hay una elección: coger una fotografía familiar o el negativo de esta. La segunda elección es tras derrotar a It Lives y permite elegir si lanzarse por una trampilla o subir por un haz de luz.
Yendo hacia abajo se llega a Sheol, el “lugar de los muertos”, el inframundo de la religión judía y el Antiguo Testamento. Un lugar cada vez más oscuro en el que habrá que derrotar a Satán para llegar al último nivel (si se eligió el negativo). La “Sala Oscura” es el último nivel de la “vía de la condenación”, y el último enemigo es El Cordero, también referencia bíblica ya que es una de las formas en las que se llama a Jesucristo. Curioso que sea en un lugar por debajo del Infierno.
En la ruta del haz de luz se llega a La Catedral, que no requiere mucha explicación. En ella hay que luchar contra el propio Isaac. Y si se eligió la Fotografía, se podrá subir al Cofre, último nivel de la “vía de la redención” con ‘???’ o ‘Blue Baby’ como enemigo a batir para completar el juego. Tanto estos dos enemigos finales como El Cofre necesitan una explicación.
La vía de la redención y Hush
Cada vez que se derrota a un enemigo final según la diferente fase, aparece una cinemática explicando la historia de Isaac y su familia. Todo sin palabras, dejándolo a libre interpretación. Varios de esos finales explican que Isaac, para huir de su madre, no huyó por el sótano, sino que se escondió en el Cofre de los juguetes.
Tanto las batallas contra Isaac como Blue Baby se dividen en tres fases: en el suelo llorando hecho un ovillo, de pie y con alas de ángel. Durante las dos primeras sus bocas muestran tristeza, pero en la tercera ambos sonríen. ¿Por qué? Porque han hecho las paces con ellos mismos y con su creador. Están listos para ascender al cielo. Para morir.
Esto tiene relación con el Cofre. Lo que al principio solo es un objeto donde esconderse se transforma en un nivel más, con una versión azul de Isaac como enemigo final. Azul, sin aire, ahogándose dentro del cofre, muriendo. Por eso el Cofre es el nivel más cercano al “cielo” por encima de la Catedral. Por eso Isaac y Blue Baby sonríen en su fase final, porque la muerte y la paz están cerca.
Por otro lado, si se derrota a It Lives antes de llevar 30 minutos, se desbloquea una tercera opción que no es ni Sheol ni la Catedral, un interludio antes de esa decisión. El nivel ‘???’, igual que Blue Baby.
Y es que en este nivel solo hay una cosa: una pelea con dos partes. Primero contra una versión débil de Blue Baby y después contra una enorme cara azul que intenta atravesar el suelo. Hush (silencio en inglés), que así se llama, se mueve muy lentamente y, según el creador Edmund Mcmillen, representa “la inminente muerte de Isaac acercándose lentamente hacia él”. Hush es el silencio, es la asfixia, la muerte antes de decidir si condenar o redimir a Isaac.
Todavía queda mucho de lo que hablar. Por eso, para no hacer la lectura tan pesada, el análisis de TBOI continuará en otra entrega. Pero seguro que esto es suficiente para querer saber más sobre esta historia de religión, redención y dolor.
Comments